miércoles, 10 de febrero de 2016



ELIZABETH...

Desde mis sueños, eternamente he guardado una pluma y una palabra. Como un viejo escritor del antaño, siempre he creído que la tinta es sangre del alma vertida en papeles.
Tal vez, un sobre, una pluma, y hasta una rosa, conformen el sueño de abrir un día cualquiera el cofre que la vida me proveyó...Y ahí, siempre estarás Tu, mujer de mis días…Una rosa, siempre será la maravilla de un poeta, un sobre, el secreto guardado, y una pluma; la portadora de la sangre que en tintas y palabras tu nombre escribirá…


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